Pinky, un perro de raza chihuahua, murió apuñalado con un rastrillo de jardinería por uno de los dos delincuentes que entraron a robar en casa de su familia, a la que no dudo en defender como un guerrero ante la arremetida de los ladrones.
Los hechos ocurrieron hace aproximadamente cinco semanas en la localidad de Nayarit, México, cuando los dos hombres se toparon con el valiente Pinky que ladró hasta que uno de los asaltantes lo atacó con el puntiagudo elemento. El perro fue encontrado gravemente herido por sus dueños a la mañana siguiente.
El pequeño can debió ser operado en la Veterinaria Animal Center Pet Shop para quitarle la herramienta y estuvo más de una semana hospitalizado, pero regresó con su familia, donde falleció recientemente.
A pesar del ataque, los órganos vitales del can quedaron fuera de peligro. No obstante, su cuadro se complicó y dejó de existir.
“Luchó como un guerrero lo más que pudo para sobrevivir y seguir adelante, pero su cuerpecito no pudo más. Nos dio felicidad, alegría y compañía. Dios lo tenga en el cielo como el angelito que fue. Perdimos a un valiente”, dijeron sus dueños.